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Escucha activa: la habilidad olvidada del liderazgo

  • Julia Cocuzza
  • 24 oct
  • 2 Min. de lectura

En un mundo lleno de reuniones, notificaciones y urgencias, escuchar parece algo obvio… pero en la práctica, es una de las habilidades más descuidadas en el liderazgo.


Muchas veces creemos que estamos escuchando, cuando en realidad solo esperamos nuestro turno para responder, justificar o dar una solución rápida.Pero escuchar de verdad cambia la dinámica de un equipo.


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Cuando escuchamos solo para contestar

En los espacios de trabajo, se repite una escena:Un colaborador comparte una idea o una dificultad. El líder lo interrumpe con su propia opinión, lo llena de consejos o pasa a otro tema sin profundizar.La persona se queda con la sensación de que “ya estaba todo decidido” y de que su aporte no tiene tanto valor.


Esto no solo desmotiva, también empobrece al equipo: se pierden ideas, perspectivas y oportunidades de innovar.


Escuchar para comprender


La escucha activa no es pasiva: requiere atención plena, curiosidad y la disposición de abrirse al otro.Es cambiar la pregunta interna de “¿qué voy a responder?” a “¿qué me está queriendo decir esta persona realmente?”.


Cuando un líder escucha con presencia:

  • Genera confianza, porque el equipo siente que sus voces importan.

  • Promueve la colaboración, ya que se validan todas las perspectivas.

  • Enriquece la toma de decisiones, al contar con más información real.

  • Fortalece el vínculo humano, porque escuchar es también reconocer al otro.


¿Cómo cultivar la escucha activa en el día a día?


No se trata de fórmulas mágicas, sino de prácticas simples y constantes:

  • Pausar el piloto automático: dejar el celular o la computadora de lado durante la conversación.

  • Hacer preguntas abiertas: interesarse genuinamente por la mirada del otro.

  • Validar lo que escuchamos: repetir con nuestras palabras lo que entendimos, para asegurarnos de haber comprendido.

  • Dar espacio al silencio: no llenar cada pausa con palabras, dejar que el otro complete su idea.


Escuchar también es liderar

Un líder que escucha no pierde tiempo: gana información, confianza y compromiso.En lugar de cargar con la responsabilidad de tener siempre la respuesta, abre el juego para que el equipo construya soluciones colectivas.


Porque al final, liderar no es solo hablar con claridad. Es también tener la valentía de escuchar con profundidad.

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